El saxofón es un aerófono perteneciente a la familia de los viento madera de lengüeta simple, es decir que su ejecución está sujeta a la vibración de una caña que ha de excitar el aire dentro del instrumento para producir el sonido. Su cuerpo es un tubo de latón, generalmente, que se ensancha para terminar en una campana. Todos los saxofones, con excepción del melódico en Do, son instrumentos transpositores, es decir, su afinación hace que haya que tocar otras notas para producir el sonido que realmente se quiere tocar. Para evitar confusiones se tratará este tema en una entrada aparte.
La tesitura de todos los saxofones abarca poco más de tres octavas, como se ve en la foto, aunque mediante el desarrollo de la técnica y el oído se pueden alcanzar agudos que sobrepasan la tesitura normal del instrumento.
A pesar de que todos saxofones puedan tener distintas afinaciones, comparten el mismo sistema de digitación, lo que le permite al interprete adaptarse sin mucha dificultad a un saxofón distinto al suyo, aunque no se debe olvidar que es un instrumento transpositor y que la nota tocada no necesariamente es la misma que su homologa en otro saxofón.
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